Hasta aquí mi compañero:
Hoy te has ido, pero hacía tiempo que debías irte, has aguantado como un campeón, has sido el más fuerte, mostrando gran valentía y optimismo. Hasta nos has hecho dudar porque parecías lleno de energía y ganas de seguir cada día a delante.
Con tus altos y tus bajos, no nos has abandonado, nos has regalado unas últimas navidades como si supieras que no queríamos perderte a la mitad, has terminado el año.
Me quedo aquí, ya lo hemos hablado, pero nos vemos al otro lado, te lo prometí. Tengo tanto que agradecerte, tantos momentos de soledad cubiertos, tantas aventuras...
Nunca pude pedir más, eras justo lo que nos faltaba a todos en cada momento, te fuiste pero has sido y serás siempre parte de nosotros.
Descansa ahora feliz y tranquilo, te lo mereces. Viviré lo que me queda honrándote con mi felicidad, esa que en gran medida me ayudaste a encontrar siendo justa conmigo misma y los demás seres del planeta.
Adiós mi peludo (mi plumero).
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