8 de febrero de 2020

Nobody else in the room!

Lo he aceptado, ya no lloro cada noche, pasan los días y no lo pienso a todas horas, solo una o dos. A veces aparece con una estrella en cielo, otras con la música en el televisor; en ocasiones es una comida o una revista en el buzón, pero sobre todo son los olores en la calle, su perfume en una esquina, su nombre en una cara o su ausencia en un lugar.

Empiezo a olvidarlo de la misma forma que llegó, dulce y suavemente. Pero también noto que me quiero aferrar a lo que fue... a perdonarme por lo que no hice, a perdonarlo por lo que le pasó. Pienso en sacar los recuerdos y abrazarlos para que no se esfumen.. para conservarme a mi misma en aquellos instantes, porque ella ya no está, creció. Ahora no me importa tener miedo, arriesgarlo todo y no tenerle, camino de nuevo en la oscuridad y quizás formo parte de ella porque no hay una ilusión que marque mi camino. Solo camino, haciéndome sitio en una vida sin ti, haciéndole sitio a una vida en mi.