Cada vez que me doy cuenta,
de que te olvido,
empiezo a llorar.
Cada lágrima es un recuerdo,
que se comienza a borrar.
Cada recuerdo un momento,
que tu presencia no tendrá.
Son pequeñas sombras,
del pasado,
duelos que he sobrellevado,
y ahora,
no quiero olvidar.
No podré borrar, no quiero olvidar,
las cosas buenas, las quiero conservar.
No quiero rencor, no quiero perder ni estropear,
todo lo que tu compañía me pudo dar.
Y así recordar todo lo bueno que la vida nos supo regalar,
cuando nuestros caminos decidió... Juntar.