5 de mayo de 2019

05/05/2019

Cuando eres capaz de ver cosas que nadie puede, tienes el don de las profecías en tu poder. Y no suele pasar que lo veas como un don porque ojalá no se hicieran reales, ojalá no vivieras pensado que te equivocas para ser feliz.

De esto modo surgió algo que empezaste con fecha para su fin, algo que sabes que no funcionará, pero que te hace feliz en un plazo concreto. Y así es como se vivió, como algo perfecto e idílico, pero con una oscuridad en su interior, en tu interior, que siempre pesó más que la felicidad que emanaba.

Cuando se acercaba la profecía das los últimos coletazos intentado arreglarlo, haciendo que todo sea diferente para ti, persiguiendo lo que te une al destino pero dejando de ver la verdadera consecuencia.

La profecía termina y tu final se acerca.

La luz se apaga y la historia termina.

Ya no hay nada más que escribir, tú tenías razón, tú tienes un don, la oscuridad pervive y los sueños no existen.